Críticas y Estudios

En Pepi no hay automatismo psíquico puro, luego le falta algo harto esencial para hallarse en el surrealismo ortodoxo. En Pepi hay revelación –y enmascaramiento- de su psique profunda. Pero en Pepi hay sublimación y no confesión, depuración y no cloaca, conciencia vigilante, reflexiva, irónica y no solo subconsciencia irracional. El equívoco manierista en la compatibilidad efusiva lograda al fusionar una dignísima seriedad de concepción con un ludismo chispeante; en un juego alado en el que se piensa que no ha habido fatiga, a pesar de la mucha inteligencia derrochada.

Joaquín de la Puente, subdirector del Museo Español de Arte Contemporáneo
Pepi Sánchez: Un arte lúdico y mágico, Madrid: Revista Bellas Artes 70, 1973, nº 20.

 

Fácilmente se advierte cómo en las lizopinturas el orden geométrico es mucho menos decisiva que el orden sensible. Por ello estas piedras son menos ordenadas que sensibilizadas. O, lo que es lo mismo, su composición obdece más sque a leyes geométricas, a la exageración compensada de elementos expresivos enfatizados. De manera que, sobre el hallazo material que significan las , tienen esta otra cualidad de un hallazgo compositivo tan singular como paradigmático.

José Marín Medina, Asociación Española de Críticos de Arte.
Piedras con pinturas, una meditación [Cat. exp. Sala Caja S. Fernando] Sevilla, 1985

 

Pepi fue la primera que, en Sevilla, empezó a pintar sin modelos; la primera que rompió el divorcio entre figura y fondo del arte tradicional, sin preocuparse de la perspectiva; la primera que empezó a considerar un cuadro como pura manifestación de arte y no como una reproducción fiel de la realidad, la que dejó de perseguir las calidades propias de cada una de las materias –madera, cristal, tela, etc—para buscar única y exclusivamente la belleza pura y simple de la línea, el volumen y el color, todo ello dispuesto “en un cierto orden”, según la fórmula de Maurice Denis.

Condesa de Campo Alange
La poética ingenuidad de Pepi Sánchez, monografía publicada por el Ateneo de Madrid con motivo de la exposición de 1958

 

Hemos mencionado también la sinceridad femenil de esta pintura. Pero cuando paramos mientes en la compleja estructura compositiva de sus cuadros –sin embargo clarividentes y diáfanos- muchos de los mejores arrestos de las invenciones más viriles nos parecen desmerecer y empalidecer a su lado en consistencia. Sólo una mente organizada y una mano diestrísima pueden ofrecer el organicismo arquitectónico, la sinfonía de vibrantes estremecimientos, que dan ánimo y aliento a la obra activa y emocional de esta artista.

Antonio Zoido De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
Pepi Sánchez y la singularidad de su obra [Cat. exp. Galería Alfama] Madrid: Galería Alfama, 1992.

 

Yo subrayo el talento, la originalidad de alguien que, en cualquier parte, sería adulada y exaltada como se merece. Aquí, claro, bastante menos de lo que se merece.

Ramón Faraldo
Pepi Sánchez, Madrid: Ya, 27-11-1965.

 

La pintura de Pepi Sánchez, como todo arte verdaderamente grande, es también deudora de Platón. Todo ese universo suyo, aparentemente inventado, no es sino el recuerdo de un antiguo sueño colectivo, como diría Jung, basado en la lectura de un libro brotado a su vez de una antigua realidad. Pepi Sánchez es la pintora oficial de la corte del rey Atlas, primer monarca, según Critias, de la Atlántida. Quizá ella se ha olvidado de esto, pero no su subconsciente, en el que están registrados recuerdos de hace diez o quince milenios, es decir, del tiempo en que, observando a los niños, a los reyes, a los brujos, las piedras monumentales o las piedras vulgares, Pepi Sánchez se decidió a pintar quince mil años más tarde. Así se explica, creo yo, este universo que parece al mismo tiempo fantástico y real, y que nos conmueve con dos dimensiones a la vez , ya que las obras subsisten y sobreviven en nosotros mismos. Esta pintura, bien mirada, es la vida unida al sueño, es decir, una realidad humana completa, acabada, luz y sombra en una sola pincelada. Si nadie hasta ahora se ha atrevido a exteriorizarla, es porque nadie, como Pepi Sánchez, tiene quince mil años detrás de su paleta y otros tantos, muy probablemente, por delante.

Vintila Horia
Testimonio sobre la Atlántida. Madrid: Semana, 22-2-1969.

 

He aquí una pintura de sensibilísima dicción y enduendada temática. Pepi Sánchez modela sus figuraciones hasta corporeizarlas sobre los mágicos fondos de sus cuadros y resulta que cuando acuden a su cita, los elementos más extraños entre sí quedan deliciosamente unificados. Dibujo lleno de gracia, color delicado, cándida y organizadora fantasía. Un mundo propio, formulado según personalísimas maneras. Un concepto asumido tan naturalmente, que acaba siendo absolutamente original.

Antonio M. Campoy
Pepi Sánchez. Madrid: ABC, 1-12-1965.

 

Cada uno de estos cuadros es una instantánea, un flash. El tiempo parece detenido, petrificado: es tierra firme donde pisar, pero ahí está la fluidez del espacio, con su capacidad de crecimiento, .multiplicándose en pliegues y más pliegues, abriéndose en los que parecen cavernas, huecos íntimos. Se trata de un sueño. El sueño de un niño Un cuento que se relata él mismo. No es, desde, luego, placentero. Pero no, no: es un cuento imaginado por un adulto para otros adultos, tomando como pretexto a los niños. Y da miedo. Como los de Lewis Carroll. Nos está diciendo cosas que no acabamos de entender, porque el verdadero discurso corre subterráneo, y está en clave. ¿Por qué nos inquietan las pinturas de Pepi Sánchez? ¿De dónde procede esa angustia? Esas formas crecen desordenadamente, sin estructura: como un cáncer. Suponen una amenaza. Y, luego, ese no saber dónde acaban los pliegues, los pliegues de la carne y los de las vestiduras, y la carne rosada y fría de la piedra. (…) Pero el mundo de Pepi Sánchez es arte vivo, pleno, auténtico. Lo pueden comprobar quedándose inermes ante sus pinturas.

José Corredor Mateos
Pepi Sánchez . [Cat. exp. Galería Layetana] Barcelona: Galería Layetana, 1978.

 

La pintura de Pepi Sánchez, impregnada de espiritualidad y poesía, destaca en el panorama artístico contemporáneo no sólo por su extraordinaria originalidad y por sus valores pictóricos intrínsecos, sino por su expresividad impulsora de un espíritu antinihilista y anticaótico, insustituible manifiesto plástico de afirmación y esperanza para el hombre.

Rosa Martínez de Lahidalga
Pepi Sánchez. Madrid: La Estafeta Literaria. 1-5-1974. n.º 539.

 

Pepi Sánchez se ha forjado un esquema propio que a todos nos es común, pero que sólo a ella pertenece. He aquí su primer síntoma de potencialidad creativa. No se conforma con seguir sendas holladas, sino que aspira a comunicar precisamente con el código simbólico de su peculiar ser y estar ante las cosas. Su personalidad indiscutible e indiscutida nadie la niega, a ella sola responde ese arbitrario talante de disponer los objetos en la composición sin atender a ley, principio o regla alguna.

Antonio Martínez Cerezo
Pepi Sánchez en el país de los mil y un sueños. [Cat. exp. Galería Sur de Santander] Santander: Galería Sur, 1974.

 

Pepi Sánchez hace una pintura suya y de hoy, huyendo del informalismo que a tantos ha esterilizado. Ella sabe contraponer lo actual y lo de moda. Y ayuda a crear una nueva imagen del arte, rescatando la figuración, como empieza a ser frecuente en los más jóvenes. Y, sobre todo y aparte de estas consideraciones de índole histórica, nos ofrece una obra llena de belleza y llena de verdad.

José Hierro
Pepi Sánchez. Madrid: Tauta nº 5, 1-2-1973